Estudios han evaluado la persistencia del coronavirus en diferentes superficies. Un estudio encontró que el coronavirus se mantiene vivo hasta 1 día en ropa y madera, 2 días en vidrio, 4 días en acero inoxidable y plástico y hasta 7 días en la capa exterior de una mascarilla.

El virus COVID-19 también sobrevive en un amplio rango de valores de pH y temperaturas ambiente, pero es susceptible al calor y a los métodos estándar de desinfección.

Por esta razón la importancia de proceso adecuados de limpieza y desinfección. La limpieza ayuda a remover patógenos o reduce significativamente la carga en superficies contaminadas y es un primer paso esencial en cualquier proceso de desinfección. Limpieza con agua, jabón (o un detergente neutro) y alguna forma de acción mecánica (cepillado) remueve y reduce la suciedad, desechos y otros materiales orgánicos, pero no mata microorganismos.

La materia orgánica puede impedir el contacto directo de un desinfectante con la superficie e inactivar las propiedades germicidas o el modo de acción de muchos desinfectantes. En adición a la metodología utilizada, la concentración de desinfectante y el tiempo de contacto también son críticos para una desinfección de superficie efectiva. Es por eso que un desinfectante químico, como el cloro o el alcohol, deberá ser aplicado después de la limpieza para eliminar cualquier microorganismo que haya quedado.